Linfoma
Linfoma
El linfoma es un tipo de cáncer que comienza en las células que forman parte del sistema inmunitario del cuerpo.
Es muy importante saber el tipo de linfoma diagnosticado para un correcto tratamiento. Si no sabés que tipo de linfoma tenés, pedile a tu médico/a que lo especifique.
¿Qué es el linfoma?
Existen más de 60 tipos de linfomas
Los dos principales son:
Linfoma de Hodgkin
Linfoma no Hodgkin
Diagnosticarlo en sus inicios es complicado, pues los síntomas pueden confundirse con enfermedades comunes como la gripe.
Si notás la presencia de un bulto que no duele en el cuello, axila o ingle, es señal de alerta!
¿Cuáles son los sintomas?
Hinchazón en los ganglios linfáticos: axila, cuello o ingle.
Sudoración nocturna
Fiebre recurrente
Falta de apetito y pérdida de peso
Dolor de cabeza
Cansancio inusual
Sarpullido o picazón en todo el cuerpo
Tos o disnea (falta de aire)
Si llegás a presentar varios de estos síntomas, es muy importante que acudas a tu médico/a para recibir tratamiento integral y oportuno.
Palabras médicas sobre Linfoma



Preguntas claves
Cáncer del sistema linfático
Es la transformación tumoral de los linfocitos, que son las células principales de los ganglios linfáticos y un actor fundamental de nuestro sistema inmune.
La inflamación de los ganglios linfáticos no es una manifestación exclusiva de los linfomas. La forma más común de inflamación de los ganglios linfáticos son las “adenitis” como reacción natural a un proceso infeccioso local o generalizado.
Cuando se sospecha de la aparición de un linfoma se realiza una punción o biopsia ganglionar.
Los linfocitos se diferencian en tres familias o líneas celulares:
- Los linfocitos B,
- Los linfocitos T,
- Los linfocitos NK o “natural killer”
En la mayoría de los casos no existe una única y clara causa de por qué aparece un linfoma y se ha relacionado con factores ambientales, pero aún no se ha demostrado esta relación directa.
Hay una serie de factores de la persona que predisponen a padecer linfomas y que han sido reconocidos por medio de estudios clínicos y epidemiológicos:
- La edad, como el sexo o el grupo étnico influyen en la probabilidad de padecer un tipo concreto de linfoma, lo que pone de manifiesto la disparidad en las causas que contribuyen a la aparición de los distintos linfomas.
- Tener un familiar directo que haya padecido un linfoma puede ser un factor que aumenta el riesgo de padecerlo.
- Padecer una enfermedad de inmunodeficiencia hereditaria o congénita es un antecedente relevante para el desarrollo de linfoma, especialmente en los que se manifiestan en la infancia o adolescencia.
- Las personas que han recibido un trasplante de corazón, hígado, médula ósea, riñón o cualquier otro órgano y que por lo tanto reciban tratamientos inmunosupresores, tienen un riesgo aumentado de padecer linfomas.
- Las personas que padecen enfermedades autoinmunes que necesiten tratamiento con medicamentos inmunosupresores, tienen una probabilidad mayor que la población general de presentar un linfoma.
- Los factores ambientales mas estudiados son los relacionados con agentes infecciosos.
- La infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) se asocia a la aparición de linfomas.
- La infección del estómago por Helicobacter pylori favorece los linfomas de tipo MALT.
- La infección por el virus de la Hepatitis C (VHC) puede relacionarse con linfomas B indolentes.
- Infecciones crónicas, como las que hace años se producían por tuberculosis, podrían contribuir a la aparición de linfomas.
Hay muchos tipos de linfomas, que se pueden distinguir tanto por sus características y sus múltiples formas de presentación, como por sus diferentes comportamientos clínicos y tratamiento. Sin embargo, los linfomas se clasifican mejor teniendo en cuenta su origen clonal y sus características patológicas.
Actualmente, según la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (WHO, 2008) los linfomas se agrupan en dos:
- Neoplasias de células B maduras, que son los más frecuentes en el hemisferio occidental en incluye los linfomas B y el linfoma de Hodgkin.
- Neoplasias de células T y células NK maduras, que incluye los linfomas T, que tienen una frecuencia menor y los linfomas y leucemias de células NK, que son los más raros.
Además de las características microscópicas, genéticas o moleculares es importante definir otra serie de características del linfoma que son importantes para conocer su comportamiento en el paciente, las pruebas necesarias para su evaluación y el tratamiento recomendado.
Cada tipo determinado de linfoma presenta un comportamiento clínico predecible que nos indica la manera en que va a afectar a la persona que lo padece:
- Linfomas indolentes son de lento crecimiento y tardan mucho tiempo en producir manifestaciones de enfermedad. Muchas veces no requieren tratamiento al momento del diagnóstico, ya que la enfermedad tiene un curso tan indolente que se puede convivir con ella sin sintomas y dilatar el inicio de tratamiento para evitar toxicidad innecesaria en ese momento.
- Linfomas agresivos son de rápido crecimiento, invasivos y de comportamiento maligno, produciendo síntomas en breve plazo y dañando al organismo de forma progresiva. Requieren tratamiento rápido.
- Linfomas muy agresivos tienen un comportamiento muy agresivo a corto plazo y es necesario reconocerlos rápidamente para evaluar y tratarlos con rapidez para evitar daños irreversibles.