Farmacovigilancia: cómo garantizar la efectividad y seguridad de los medicamentos que consumimos

La Farmacovigilancia es una práctica esencial para garantizar que los medicamentos sean seguros y efectivos y va de la mano de la Seguridad del paciente que tiene como objetivo prevenir y reducir los riesgos, errores y daños que pudieran llegar a tener los pacientes en la atención médica.

¿Qué es la Farmacovigilancia?

Está destinada a monitorear la seguridad y eficacia de los medicamentos. Las actividades que se realizan son para detectar, comprender, evaluar y prevenir los efectos adversos de los medicamentos. Es un trabajo en conjunto que involucra a equipo médico, farmacéutico y pacientes ya que supone estar atentos a los medicamentos y sus efectos.

La Farmacovigilancia busca varios objetivos fundamentales:

  • Garantizar la seguridad de los pacientes.
  • Identificar tempranamente reacciones adversas desconocidas.
  • Monitorear la frecuencia de reacciones adversas conocidas.
  • Promover el uso seguro y racional de los medicamentos.
  • Evaluar el beneficio frente al riesgo de los medicamentos.

Reportar eventos adversos es crucial

Un «Evento Adverso» es cualquier signo, síntoma o enfermedad que ocurre mientras se está tomando un medicamento, ya sea relacionado o no con el tratamiento. Todos estos son ejemplos de eventos adversos:

  • Disminución del recuento de glóbulos blancos, en un paciente bajo tratamiento para cáncer de mama
  • Hipertensión arterial, en un paciente bajo tratamiento para cáncer de riñón   
  • Diarrea, náuseas y vómitos, en una paciente bajo tratamiento por cáncer de colon. 
  • Caída del cabello,  en un paciente que recibe un fármaco bajo un protocolo de investigación para cáncer de pulmón.

Cualquier persona, incluyendo pacientes, familiares, y profesionales de la salud, puede reportar eventos adversos, lo que contribuye a una mayor seguridad en el uso de medicamentos.

Hay situaciones especiales que también son monitoreadas estén o no acompañados por eventos adversos, por eso también es muy importante notificarlas, como exposición a medicamentos durante el embarazo o la lactancia; sobredosis, mal uso, abuso o uso de medicamentos para indicaciones no aprobadas; interacciones entre medicamentos o con alimentos; exposición ocupacional y errores de medicación.

Reportar los Eventos Adversos ayuda a los laboratorios a identificar problemas potenciales con un fármaco tempranamente, mejorar tratamientos y medicamentos y tomar decisiones informadas sobre el propio tratamiento.

Tu rol como paciente experto dentro de la Farmacovigilancia

El rol activo de cada paciente en el manejo de su enfermedad, su tratamiento y participación en las decisiones, es muy importante y contribuye a transitar mejor el tratamiento.

Hay personas que no desean recibir mucha información sobre el tratamiento que va a realizar y hay otras personas que sí quieren saber todo sobre la misma. Es importante que puedas comunicarle a tu médico cuáles son tus necesidades de información. 

Si sos de las personas que quieren recibir información completa, la Organización Mundial de la Salud (OMS), propone tener en cuenta estos 5 momentos en relación a tu tratamiento, para realizar todas las preguntas que consideres y sacarte dudas:

  1. Al empezar una nueva medicación: cómo se llama y para qué sirve; cuáles son los riesgos; si hay tratamientos alternativos; mencionar alergias y otras condiciones de salud; cómo guardar la medicación.
  2. Al tomar la medicación: cuándo y cómo tomarla; qué cantidad; si debes evitar algún alimento o bebida; qué hacer si te salteás una dosis; qué hacer si tenes eventos adversos.
  3. Al agregar otra medicación: si es realmente necesaria; si puede interactuar con la otra medicación que estás recibiendo; qué hacer si sospechas una interacción medicamentosa; si es fácil manejar las tomas de varias medicaciones correctamente.
  4. Al revisar la medicación que estás recibiendo: lleva un listado de todos los tratamientos; chequear cuánto tiempo debe tomarse cada una de ellas; revisar si estás tomado algo que ya no necesitas; chequear con qué frecuencia revisas con tu médico el tratamiento.
  5. Al finalizar tu tratamiento: en qué momento finalizar cada medicación; si alguna medicación debe suspenderse en forma gradual; qué hacer si te quedaste sin medicación; si debes suspender tu tratamiento por un efecto no deseado, dónde reportarlo; qué hacer con la medicación que sobre o la que esté vencida.

Es recomendable tener esto en cuenta, cada vez que:

  • Visites a tu médico, enfermera, farmacéutico o dentista
  • Cambies de médico de cabecera
  • Seas internado o al momento del alta
  • Se esté planificando el tratamiento que debes realizar en tu casa

Tu papel en la Farmacovigilancia:

Como paciente tenes un rol fundamental en la Farmacovigilancia. Podés contribuir al proceso compartiendo información sobre los eventos adversos que experimentes durante tu tratamiento. 

Es importante que le informes a tu médico/a ante cualquier síntoma que estés sintiendo, para que juntos determinen si tiene que ver con la medicación que estás tomando o con alguna otra variable. Si habiéndole comunicado al médico, seguís teniendo dudas sobre los efectos de la medicación, comunicate directamente con el laboratorio para tener más información. 

Al informar a tu médico/a, farmacéutico/a o la compañía farmacéutica sobre cualquier efecto no deseado, estás ayudando a identificar problemas potenciales y a mejorar la seguridad de los medicamentos para todos.

Cuando reportes un evento adverso, proporciona detalles como la descripción del evento, la dosis y nombre del medicamento, número de lote si está disponible, otros medicamentos que estés tomando, y cualquier condición médica relevante. Esta información ayuda a identificar y comprender mejor los problemas de seguridad.

Se puede reportar cualquier Evento Adverso que presenten, directamente al laboratorio que produce el medicamento o a la autoridad regulatoria (ANMAT).

También podés notificar cualquier reclamo de producto. Si tenés alguna duda sobre algún defecto de un medicamento en relación a su identidad, calidad, durabilidad o seguridad, podés comunicar también a la autoridad regulatoria o a la compañía farmacéutica correspondiente, por ejemplo: medicamentos que estén rotos, en mal estado, con distinto color, olor o aspecto; que les falte el prospecto o que tengan alteraciones en el etiquetado o packaging, un frasco o tapa rota, que hayan tenido pérdida de contenido líquido o que no estén correctamente sellados, etc.

Cómo conservar los medicamentos en casa

Conocer cómo conservarlos o almacenarlos en casa, es esencial para mantener la calidad, eficacia y seguridad.Es fundamental tener en cuenta la fecha de vencimiento y las condiciones de conservación:

Fecha de vencimiento: indica la fecha a partir de la que se recomienda no consumirlo, dado que no se puede avalar la seguridad ni la conservación plena de su eficacia, luego de ese plazo. Esta fecha figura tanto en el envase externo (caja) como en el interno (vial o blíster)

Medicamentos con cadena de frío:

  • Conservarlos entre 2 y 8°C, dado que dependen de ese rango para preservar su calidad
  • No guardarlos en la puerta de la heladera ni en los estantes inferiores, porque la temperatura es más variable
  • No congelarlos
  • Si tenes que transportarlos: usa un elemento refrigerante para mantenerlos en ese rango
  • Si hubo un desvío de temperatura (por ejemplo, por un corte de luz), informalo al laboratorio fabricante. 

Medicamentos sin cadena de frío:

  • Guardalos en un botiquín, armario con llave o recipiente hermético, en un ambiente seco y a la sombra.
  • Mantenelos en su envase original, con el prospecto y sin cortar los blisters (porque se puede perder el número de lote o la fecha de vencimiento)
  • Revisa el lugar donde los guardaste cada 3 o 4 meses y retirá lo que esté vencido o que ya no necesites
  • No guardes sobrantes de medicamentos preparados, ni aquellos que hayan cambiado de color u olor, aunque no estén vencidos

Recomendaciones generales

  • No compres medicamentos en la vía pública o a través de internet
  • Chequea que los empaques estén intactos, sin tachaduras ni recortes ni rotura de sellos de seguridad 
  • Lava bien tus manos antes de manipular medicamentos
  • Respeta horarios de las tomas, dosis y tiempo de tratamiento que te hayan indicado y no lo suspendas aunque te sientas mejor
  • Lee las indicaciones de tu médico/a y las condiciones de conservación del producto
  • Verificá la fecha de vencimiento
  • No dejes ningún medicamento, aún los de venta libre, al alcance de los niños/as.

En resumen, la Farmacovigilancia es un esfuerzo colectivo para garantizar que los medicamentos sean seguros y efectivos. Como paciente, tienes un papel vital en este proceso al informar eventos adversos y participar activamente en tu tratamiento. 

El contenido de esta publicación ha sido posible gracias al apyo económico y revisión de contenido por parte de Productos Roche S.A.Q. e I.

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