Un paciente va a la consulta con el oncólogo para recibir un posible diagnóstico de cáncer. El paciente va procesando a su tiempo todo lo que va a tener que atravesar.
Tal vez tenga que dejar de trabajar, seguro que la quimioterapia le va a hacer mal, cómo va a pagar los tratamientos, qué va a pasar con su familia, aparecen los miedos.
El acompañante toma aire, silencia su angustia, reorganiza su rutina cotidiana en un milisegundo mentalmente, sigue prestando atención a lo que el médico dice y acompaña.
Aquel que acompaña ha decidido tomar el rol de cuidador. ¿Qué significa esto?
El cuidador es aquella persona que va a acompañar y apoyar al paciente en el transcurso de su enfermedad y tratamiento, brindando un importante apoyo físico, práctico y emocional.
Las tareas y responsabilidades que tome varía de acuerdo a cada vínculo y cada persona, no se trata de un rol fijo y estructurado.
El cuidador puede acompañar al paciente a la consulta, puede ayudar con las tareas del hogar, puede encargarse de conseguir la medicación, entre otras tareas con el objetivo principal de cuidarlo y ayudarlo.
Los familiares o amigos cercanos suelen tomar el rol de cuidador.Resulta importante recordar que el cuidar y contener emocionalmente a otra persona que está sufriendo puede ser una gran fuente de estrés. El acto de acompañar puede despertar emociones difíciles como angustia, ansiedad, enojo, miedo, entre otras.
Es necesario como cuidador, poder tomarse un tiempo para frenar y observar las propias emociones. Muchas veces pensamos que lo nuestro no es importante porque el otro la está pasando peor, pero la verdad es que si yo quiero cuidar al otro, primero me tengo que cuidar yo, ya que sino esto puede traer consecuencias para responder adecuadamente a las necesidades de la persona que acompañamos.
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Cuidemonos entre todos. Cuidá, pero también cuida-TE.
Algunas sugerencias para el autocuidado:
- Aprender técnicas de relajación para disminuir el estrés.
- Aprender a decir “NO” - distribuir las tareas.
- Mantener los espacios de encuentro sociales con otras personas. Buscar apoyo social.
- Realizar actividades gratificantes por fuera del entorno de cuidado.
- Alimentarse equilibradamente.
- La tarea de cuidar puede generar angustia, ansiedad, enojo entre otras emociones. Todas son esperables pero si las mismas se hacen dificiles de transitar, es importante poder buscar un espacio propio para la expresión emocional.
- Reconocer los propios límites y sentimientos y pedir ayuda en caso de observarse sobrepasado o agotado. A menudo estamos tan preocupados por el bienestar de la otra persona que nos olvidamos de nuestro propio bienestar. No lleguemos a nuestros puntos límites, no es necesario, no podemos con todo.
La única manera de acompañar a nuestros seres queridos es trabajando en equipo y fortaleciendo a toda la familia.

Estefania Marzik
Psicooncóloga Fund. Donde Quiero Estar
M.N: 50.817